Mauritius. Flic en Flac

Llegar a Flic en Flac viniendo de la costa opuesta, es empezar a entrar en la Mauricio de más turismo y atracciones varias. Lo bueno que nos encontramos es que es temporada baja ya que aquí es invierno en agosto y eso hace que las pulsaciones sean mucho más bajas para la zona en genera y que para nosotros sea un desahogo al evitar aglomeraicones, colas y sobretodo calor extrema. Seguimos en las noticias que en casa se cuecen a 28 grados por la noche, mientras nosotros nos tapamos con el edredón. Nuestra casa esos días, un apartamento de la encantadora Anne Marie que alquila su apartamento con piscina en Airbnb.
Flic en Flac cuenta con una playa larguísima que empalma con Tamarín al norte y que está flanqueada en la parte del pueblo por una enorme zona de árboles y hierba. Lo que supone eso, es que la playa es el luegar perfecto para pasar el día al sol o a la sombra, comer con los amigos, ir a cenar, ver la puesta de sol, etc.... Es decir, se repite ese uso del espacio público de la playa que tanto nos gusta, la gente va a la playa a hacer vida social! Cuando se acaba la zona arbolada al norte, empieza una retaíla de resorts espectaculares que, como ya dijimos, no impiden poder disfrutar de las playas donde están con toda tranqulidad y amabilidad de clientes y trabajadores. En esas zonas hoteleras, hay realmente playas espectaculares que convierten en postales recurrentes cualquier foto que hagas. Gastamos el primer día entero paseando por la playa hasta Tamarín y disfrutando del agua y de una novedad hasta el momento, las camcionetas de comida en la playa. Son la opción económica de comer y la comida está buena y preparada al momento. Patatas, burguers, shwarma, kebab, somosas, noodles, arroz, pesaco fresco..... y así mil combinaciones. Destacamos dos lugares que nos recomendaron: el Roti Aka Vinoda dónde hacen rotis que son una especie de "crepe" rellena de lo que quieras a elegir entre verdura, pollo, pescado o una mezcla. Cada roti cuesta entre 25 y 40 rupias, que vienen a ser entre 0,55 céntimos y 1 euro. Con un par de ellos, estás más que servido. El otro lugar a destar son las famosas hamburguesas de Jeanno Burguers.
 
Otra camioneta de comida con autético espíritu food truck que hace hamburguesas espectaculares de diferentes tipos y con diferentes salsas. Todo ello artesanal y cocinado al momento. Aunque haya cola, hay que esperar. Los precios, entre 150 y 225 rupias.

Al día siguiente, un poco de aventura acuática y nos enrolamos en una excursión para ir a ver los delfines, hacer snorkel junto a centenares de peces rayados en aguas cristalinas y hacer una buena bbq en la Ile aux Benitiers, totalmente deshabitada. Una experiencia dentro del circuito turístico que vale la pena para ver los delfines en el mar todo y que creemos que alguna barca debe tener más delicadez a la hora de acercarse. Por suerte, fuimos con una gentemuy legal y que encima nos ayudaba en el agua cuando estás nadando con los delfines, eran la buena gente de Villas Caroline. 1500 rupias por persona con la comida y bebida, incluido ron sin fin! 

Decidimos al día siguiente que con esa playa no podía haber mejor opción que volver a disfrutarla y así lo hicimos, con sesión de oceanotípia incluída. Es una técnica que, previa imprimación del papel, te permite "imprimir" el mar mojando los papeles y dejándolos secar con arena encima en alguna parte si quieres y con más o menos agua en el papel también. El resultado es un lienzo espectacular que sabes que contiene el agua de una de esas playas que te han dejado embobado. 

Se nos acaba el tiempo en Flic en Flac y nos vamos hacia el norte. Hemos decidido por eso una cosa, los últimos días del viaje los volveremos a pasar aquí, en el mismo apartamento, disfrutando las mismas playas y comiendo de nuevo esos Rotis inolvidables, eso sí una escapadita a Le Morne volverá a caer! 

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