Nos decidimos a movernos un poco al norte y llegamos a Trou aux Biches para explorar esta zona esta vez sin coche, lo que significa que nos moveremos en el bus local, cosa que nos advierten que es toda una aventura. De echo, aqui ya hemos llegado en bus desde Flic en Flac, habiendo hecho transbordo en Port Louis para cambiar de bus. El breve rato por las calles de la capital, fue suficiente para hacernos decidir que no íbamos a volver allí. Tráfico de locos, humo y nada que prometa hacer pasar un día agradable visitando Port Louis, así que con una vez ya tuvimos suficiente. Todo y con eso, la estacion de intercambio de bus en Port Louis, de gran comodidad y facilidad.
De nuevo, el buen carácter y la amabilidad mauriciana, hacen estos momentos muy fáciles para los viajeros ayudando en todo momento a orientarte y diciéndote qué bus necesitas. El total del trayecto en bus fue de unas 2 horas y el precio total fue de 1,5 euros más menos. Sobre la supuesta gran aventura de moverse en bus, cabe decir que no nos sorpendió tanto. Es cierto que nuestro vagaje nos ha hecho vivir grandes momentos de bus en Latinoamérica, así que los buses mauricianos nos parecieron totalmente comunes y sin gran cosa que contar. Eso sí, hacen más paradas de las que nadie se pueda imaginar.
El segundo día, fuimos a conocer uno de los hotspot de esta zona y el bus nos llevó a la Grand Baie. Es el lugar de referencia de esta zona, con más habitantes y más servicios y hasta con una gran centro comercial con Pizza Hut i Mc Donal's incluido, acompañando un gran hipermercado. El resto del frente marítimo, restaurantes, bares, pub nocturnos y operadores turísticos que venden todo tipo de actividades. En un extremo de la bahía, un oasis de paz en un templo hinduísta, pequeño pero con el colorido habitual y éste en concreto, con unos pósters muy ilustrativos de calendarios, xacras, y consejos varios. 
Nuestra casa estos días en Trou aux Biches, es el Sannyasa Villa, una casa espectacular que tenemos la surte de habitar solos estos días. Vishal es un gran anfitrión que nada más llegar, nos sube al coche y nos da una vuelta por el pueblo para enseñarnos los básicos para estos días: el supermercado, los sitios de comer baratos, las diferentes playas y un poco de historia de la isla y de él mismo.
Trou es una villa tranquila y más aún estando en invierno. El largo paseo de 15 km del primer día hasta Mont Choisy, nos enseñó la larga y salvaje playa. Como ya comentamos de Flic en Flac, el modelo se repite, unas pláyas que les llaman públicas y otras zonas de costa sónde están ubicados los grandes resorts, practicables como ya comentamos en las otras entradas. Las zonas de llegada y aparcamiento de las playas, también como siempre, una zona que da gusto ver. Grandes y largas zonas arboladas dónde familias y grupos pasan los días y comparten comida, cena, fiesta y lo que haga falta. Nos encanta ver cómo la gente usa la playa como lugar de socialización y pasar el día. Y como no puede ser de otra manera, en esas zonas de aparcamiento, no faltan las camionetas y caravanas de comida que nos salvan la vida a bajo presupuesto y gran calidad. El lugar dónde hemos repetido estos días ha sido la Cabanne des fruits de Mer. Somosas espectaculares y grandes platos de noodles o arroz con pescado cocinados la momento y riquísimos y con 2 euros por personas estás más que servido y comiendo a primera línea de mar con unas vistas impagables.
Gastamos el último día por aquí haciendo honor al día de la semana, hoy es domingo y los domingos toca hacer un poco el vago. Dormir hasta tarde, desayunar lentos, bajar a la playa casi al mediodía, comer tarde, etc..... Al final del día las zonas de vida social de Trou, siguen aún llenas de gente negándose a aceptar que es domingo tarde y que mañana es lunes, cosa que no extraña porque la puesta de sol en este lado de la isla no tiene precio. Mañana de nuevo volveremos a tener coche e iremos hacia el norte al cabo más al norte y luego cambiaremos de lado y nos dirigiremos a la costa este a pasar algún día.
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